lunes, 19 de julio de 2010

El Problema

Parece que pasan siglos entre un escrito en mi blog y el otro, pero al fin y al cabo este blog es sólo una afición, un lugar donde descargar, un lugar donde analizar las cosas que me van pasando a través de mis experiencias en el extranjero. Sin embargo llevo algún tiempo queriendo sentarme un rato y escribir, pero algunas veces el trabajo y otras el tiempo que he querido dedicar al estudio, no me lo han permitido. Hoy, por fin he encontrado un momento paran sentarme a plasmar algunas de esas razones que rondan por mi cabeza desde hace algún tiempo.

Desde hace tres años vivo en el extranjero. Está claro que vivir en el extranjero es siempre más difícil que vivir en casa, y no me refiero al choque cultural, ni al idioma, o el clima; dado que esas barreras son salvables en mayor o menor medida. Me refiero al hecho de ser “de fuera”. En general podría apuntar que la gente en UK es tolerante, con la excepción de aquellos que se empeñan en recordarte que para él o ella tú eres sólo un extranjero, que por el hecho de no haber nacido en “su” país, no vales más que la ropa que llevas puesta. Afortunadamente no son casos frecuentes; pero descuida, que alguien te recordará esto antes o después.

Podría relatar un sinfín de estos pequeños casos, pero esa no es ese el objetivo de mis líneas. Las situaciones en sí pueden ser de lo más variopintas, pero me quedo con el sabor que te dejan, ese sentimiento amargo, ese dolor en el estomago... Y como aturdido te preguntas ¿Qué estoy haciendo aquí? Por descontado tú sabes que nadie está por encima de ti, y menos por una cuestión de nacionalidad, pero siempre es doloroso escuchar sandeces de esta índole. Cuando esto te pasa en el país donde vives y que consideras tu hogar, la cosa es aún más infame.

A priori te lo tomas como un hecho aislado, pero el día que descubres que a pesar de ser aislado es un hecho constante, empiezas a generar esa hiel dentro de ti. Un día te das cuenta que siempre habrá alguien para ponerte las cosas un poco más difíciles. Se puede sobrellevar y vivir con ello, no obstante es una sensación incómoda, que va y viene, pero nunca desaparece. Entonces ese día en el que en la tele, todo apunta a las elecciones, y que el debate estrella es el tema de la inmigración, escuchas: “El gran bochorno de Brown cuando es preguntado por una señora por soluciones para 'el problema' de la inmigración... Sí, ahora soy parte del problema de UK, de la crisis, como lo fui antes de ‘el problema' y de la crisis Irlandesa. Ahora con la crisis soy un problema para muchos. La economía aprieta, el trabajo escasea y el que hay, debería de ser para los británicos, que para eso estamos en UK... Es lógico, ¿no?

Porque al final ¿qué he hecho yo por este país? Como me preguntaba un señor en el tren. Según el cual daba igual si yo había llegado primero al baño, porque él tenía preferencia.

Pero lo curioso es que no conozco demasiados inmigrantes en paro, ¡qué astutos son! ¡Vienen aquí suficientemente mayorcitos y se ponen a trabajar! En mi caso concreto llegue un miércoles a Irlanda, y el jueves estaba trabajando, es decir, pagando impuestos. Tras 20 meses en el país esmeralda no tenía derecho a sanidad ni paro, pagando unos de los impuestos más altos de Europa.

Llegado el momento de arreglar mis papales para venir a escocia, no paraba de ver a esas adorables madres que empujan un carrito con una cerveza en la mano y un cigarro en boca, comentando que los inmigrantes éramos el problema. En Irlanda, un país católico como es, no se deja abandonadas a las familias, por lo tanto, si una niña se queda embarazada obtiene un salario nada desdeñable y una casa del gobierno. Es una práctica común para una gran minoría el vivir del “Social Welfare”, haciendo de traer hijos al mundo su única profesión. Pero no me quejo, eso era Irlanda cuando llegué, y lo acepté al llegar. En el Reino Unido la historia es diferente, no tan cruda quizás, pero con similar trasfondo. Aquí hay seguridad social, y paro también. Pero como a este país llegue con mi contrato y he estado trabajando durante un año. NO le he costado ni un penique a este país en términos de educación, produciendo desde que llegué. La grandísima mayoría de los que emigran, lo hacen en la flor de la juventud, en busca de prosperidad y trabajo, y esto es un hecho.

Yo no espero un trato privilegiado, pero no me cabe la menor duda de que me he ganado mi derecho de estar aquí. Por eso me gustaría que alguien me explicase cual es el ‘problema’ de mi estancia aquí. Yo no lo sé explicar pero he aprendido que hay gente a la que no le gusta otra gente. Vemos genial que Telefónica sea una empresa de las más potentes del mundo en materia de telecomunicaciones, lo mismo con Santander, Endesa, Repsol, pero nos disgusta ver inmigrantes en nuestras calles... sí a las empresas españolas internacionales, no a la globalización en casa. Me quejo del comportamiento de los británicos, pero lo que veo en casa es mucho peor. En Irlanda, como pasa en España, los inmigrantes hacían en la mayoría de los casos el trabajo que los locales no querían hacer. Yo limpiaba los platos, servia la comida, eran polacos los que trabajaban el la construcción, y paquistaníes e hindúes los que trabajaban el Centra/Londis/Spar de la esquina.

¿Cómo podemos culpar de los problemas a los que vienen con el objetivo de trabajar? Porque a pesar de las excepciones, la gente emigra en busca de oportunidades. Para mi el problema es más profundo. Recibo emails cargados de odio contra la inmigración; los recibo tanto de amigos, como de conocidos o familiares; ¡o incluso de ex-compañeros de la Universidad! ¡Sí, de ex-compañeros de la Universidad! Si esto es lo que piensa la gente que se supone que tiene que pensar, vamos listos.

He visto compañeros de familias muy pudientes, empadronarse en otra comunidad autónoma para obtener una beca del estado (para mi eso es robar a los que necesitan la beca de verdad), he visto como se hacen pagos en negro, se falsea para evitar el pago de impuestos, se firman contratos basura,... pero cuando el problema, llega son los inmigrantes los culpables. Esos funcionarios que se toman la jornada laboral de 6 horas entre descansos y cafés; esos concejales de tercera que ganan sueldos de ingenieros de caminos, esos asesores de políticos que cobran un sueldo del estado por hacer nada. Pero el problema real, lo que nos tiene a todos con el agua hasta el cuello, son los 5 millones de inmigrantes que vinieron a trabajar. La delincuencia, son los inmigrantes también, y de paso también son culpables de la sequía.

Cada vez que recibo uno de esos emails, me pregunto si no se dan cuenta de que, aquí, el morito soy yo. ¿No se dan cuenta de que lo único que hacen esos emails y noticias es promover el odio? Me siento defraudado como español, porque por mucho que me queje de las culturas en las que he vivido, de todas ellas he obtenido lecciones que deberíamos de aprender. Espero que al menos alguien lea esto y piense un poco más antes de tomar la decisión de reenviarme otro de esos correos. Que antes de hacer un comentario xenófobo o apostar por la vía fácil de acusar al diferente, se tome los 20 segundos necesarios para ver las cosas desde un punto de vista más amplio. Para pensar qué implicación tenemos nosotros en el 'problema'.

Como Español, y como Canario en particular, defiendo ser como somos. Nuestra cultura debe mantenerse y prevalecer, pero abriendo nuestras mentes un poco más, ya que a parte de aprender mucho más sobre nosotros mismos nos mejoraríamos. No abogo por poner alfombras rojas para que todo el mundo venga a España a trabajar, pero al que venga que se le respete por lo que aporta y no por el color de su piel, por el dios al que rece, ni por sus orígenes. Muchas grandes naciones se construyeron sobre el trabajo de los inmigrantes. Aprendamos de Holanda y Australia, cuyas leyes de inmigración son un ejemplo a seguir. Aprendamos de las políticas de igualdad de condiciones de UK. Acordémonos de aquel tiempo en que éramos nosotros los que emigrábamos antes de juzgar a nadie. Y lo más importante, antes de criticar, seamos autocríticos.

1 comentario:

roos_vroom dijo...

Es, sin duda, un problema complejo. Y, por supuesto, siempre es gratificante escuchar las observaciones personales y también el esperado inconformismo ante este tipo de situaciones. Pero no hay que olvidar que toda la energía que se invierta en denunciarlo o incluso tratar de mitigarlo, debe acompañarse siempre de una reflexión concienzuda desde las diversas disciplinas que lo abordan: la psicología, la sociología, las semiología, las ciencias políticas e incluso las mismas ciencias de la información. A veces, encontramos causas y "casualidades" que ni por un segundo nos habíamos parado a imaginar.

En fin, espero no haber sido muy espesa y también que me llames algún día! (por lo menos, antes de que te vayas ^^`)

Un beso de queso