viernes, 8 de marzo de 2013

La Educación

Hace unas semanas, y por motivos de trabajo tuve que estar 4 horas en el tren, así que me dediqué a ver un documental que me había pasado mi hermano. Lo cierto es que me dio mucho que pensar.

Cada día me siento más decepcionado como español, leo la prensa y veo que somos ese niño de la clase que es bueno en los deportes y que a todos nos cae simpático, pero que no aprueba ni las tutorías.  Cuando observo los escándalos de corrupción que nos sacuden, y las reacciones de nuestros políticos, siento miedo. Esta es una crisis económica, pero creo que el principal problema es que es una crisis social. Cada día somos más pobres económicamente, pero lo que más me preocupa es cuán pobres somos culturalmente. Nos estamos condenando a la peor muerte, a la muerte intelectual.

Cuando se habla de las mejores educaciones del mundo se habla del respeto social a los profesores, de la atención individualizada al niño. Y ahí están los resultados para quien quiera verlos. Mientras en España se critica a los profesores, se les acusa de cobrar mucho y trabajar poco (me gustaría ver a esos críticos en una clase). Se masifican las clases robándole a las futuras generaciones el derecho a la educación de calidad en pos de ahorrar unos euros que podrían bien obtenerse de otros lugares menos críticos.

Cuando miramos hacia las sociedades más pacíficas, más ecuánimes y menos corruptas. Vemos, que no por casualidad pertenecen a los países que más inversión hacen en educación pública. Mientras en España hemos conseguido año tras año, empeorar la que fue una gran educación pública. Supongo que el interés de que la sociedad española sea ecuánime no es una prioridad. Al fin y al cabo estamos en el país donde ganaron los fascistas. En este país hay otras prioridades, sobre todo cuando las clases sociales más altas se puedan seguir pagando una educación privada a su medida. ¿Que más nos da que los de las castas más bajas tengan oportunidades de desarrollarse y aportar con su inteligencia?

Cuando hablamos de los países que mejor le han hecho frente a la crisis, vemos países que apuestan por la innovación por el desarrollo de las ideas. Sin embargo al sur de los Pirineos se apuesta por cortar I+D para salir de la crisis. Lo que va muy bien con el resto de la política educativa. Clases masificadas de treinta alumnos con profesores estresados sin tiempo para la individualización, que producirán una gran clase obrera fácilmente manipulable para el trabajo en cadena. ¿Por lo tanto para que vamos a diseñar coches si podemos construirlos? ¿Por qué vamos a intentar vivir como alemanes si podemos vivir como chinos o indios? Y toda esa calidad científica que  España tiene, tendrá de decidir si trabajar horas extras por un sueldo miserable, o irse a investigar por mucho más dinero y con mejores condiciones al norte de los Pirineos, o como ya nos invitaban recientemente desde Sao Paulo a Brasil.

Cuando se habla de genialidad se habla de amor al trabajo, se habla de amar lo que se hace. Pero nuestro gran ministro de Educación decía que en España la gente tendría que estudiar lo que tiene salidas, sin importar lo que uno realmente quiere... Dicho Ministro parece obcecado con regenerar el feudalismo, y mientras quita educación para la ciudadanía por, según él, ser un adoctrinamiento socialista refuerza la asignatura de religión, que es otro tipo de adoctrinamiento mucho más retrógrado. Como es lógico hay que mantener contenta a la iglesia, aparato propagandístico de las clases altas y de la derecha desde tiempos inmemoriales.

Hoy más que nunca me siento más preocupado por mi país. Se ha condenado la inteligencia a pena de muerte, se ha condenado a nuestra sociedad a la desigualdad, a la ignorancia y a la muerte espiritual. Se nos ha condenado a la corrupción, a la incultura y al sistema de castas... Mientras nuestra clase política se sigue ganando a pulso el desprecio y desconfianza sociales.

Cuanto nos queda para que algún salva-patrias se meta al pueblo en el bolsillo y acabemos repitiendo nuestra historia de principios del S.XX?

Por si a alguien le interesa, les recomiendo el documental, "La enseñanza prohibida"

Lo pueden descargar gratuitamente de su página web, o si lo prefieren verlo online.


http://www.educacionprohibida.com/

miércoles, 16 de febrero de 2011

Vente a Alemania Pepe.


Hace aproximadamente 5 meses que llegué a La India, mi futuro es incierto, ya que disfruto de una beca con duración limitada. Mi beca IC3X es de un año, un año que a priori pensaba disfrutar sin muchas preocupaciones. Por primera vez desde Septiembre de 2009, no estoy buscando trabajo, y por primera vez desde Octubre de 2008 no estoy temiendo perder mi trabajo por reajustes de plantilla. Parece mentira que esa haya sido mi vida laboral tras terminar la carrera, pero corren tiempos difíciles como todos sabemos.

Mis planes pasaban por disfrutar esta cierta estabilidad profesional hasta que el fin de la beca estuviera próximo, para entonces empezar a plantearme mi siguiente movimiento. Me gusta sopesar las cosas, diría que soy una de esas personas a las que no les gusta dejar su futuro de mano de la casualidad. “Es mejor tener un mal plan a no tener plan”. Desde que un amigo pronunciase esta frase tras machacarme por centésima vez al ajedrez, se ha convertido en una de mis máximas. Hace tiempo que tengo mi plan, pero un reciente acontecimiento me ha hecho replanteármelo.
No mucho tiempo atrás me encontré con la la siguiente frase en un email de un familiar:

“... hoy sale tanto en El País como en ABC (que no son sospechosos de pertenecer al mismo ámbito ideológico precisamente) artículos llamados "vente para Alemania Pepe", emulando la famosa frase de los años 60 y 70 cuando los españoles teníamos que irnos a buscarnos la vida fuera.”

Como si de una casualidad se tratase mi padre me envió al día siguiente un email con la noticia del País. La noticia habla del proyecto de Ángela Merkel de “importar” ingenieros del sur de Europa a Alemania. Ahora que los germanos están saliendo de la crisis necesitan cerebros para desarrollar el país, y es que no hay nadie como ellos para resurgir de las cenizas una y otra vez. Es admirable, y deberíamos de seguir el ejemplo de esta nación en políticas a largo plazo, y de eficiencia en cada simple detalle de su sociedad.
No puede sentirme más identificado con las historias en el artículo relatadas, que hablaban de españoles que en busca de una oportunidad, mejor formación o inglés, han emigrado. Lo cierto es que no es una historia nueva ni original. Como yo, muchos otros se fueron a Irlanda cuando empezó el boom de la tecnología. Desde que me fui, siempre tuve claro mi regreso. Soy canario, nací en Canarias y quiero morir en Canarias; es más, quiero que mis hijos crezcan y se críen en la tierra donde yo crecí y me crié... Pero por primera vez empiezo a dudar de ello.

Fuera he tenido trabajos tanto limpiando platos como en una oficina. Muchas veces me he sentido como un inmigrante más que como un ser humano, y testigo de ello es este blog dónde más de una vez he descargado mis amarguras y frustraciones. Pero con cada paso fuera me sentía más lejos de volver, muy contrariamente a lo que en principio pudiese pensar. Si bien echo de menos mi casa, a mi familia y a mis amigos de toda la vida en lo personal; debo reconocer que profesionalmente España deja mucho que desear, y especialmente Canarias.
En los años que estuve en la facultad vi a auténticos cerebros, a los que sigo admirando, salir por la puerta con un título a luchar en la jungla del mercado laboral, sin una mísera bolsa de trabajo. Muchos cayeron en las garras de empresas como General de Softaware de Canarias, trabajando por dos duros, con la esperanza de algún día conseguir un contrato de mil euros la mes, y mientras, en Irlanda, pagaban €25.000 por un graduate, o lo que es lo mismo, un recién graduado.

Otros de mis excompañeros y amigos se fueron a buscar fortuna a Madrid, algunos conocieron a esa gran empresa de telecomunicaciones que nos ha hartado a todos más de una vez, Telefónica. El gigante de las telecomunicaciones tiene en plantilla a un sinfín de becarios, los tiene trabajando un tiempo y luego trae nuevos. De esta forma paga sueldos bajísimos y obtiene beneficios fiscales. Por ahí también esta IECISA, que prácticamente consigue proyectos para subcontratarlos, no hay nada como estar en la familia de amigos del Opus para triunfar en los negocios. Otro gigante de la tecnología en España es Indra, una de las mejores y más reputadas compañías de ingeniería españolas en el extranjero. De los amigos que tengo que han trabajado en ella, poco bueno tengo que decir. Lo que no se comen los gigantes son las migajas que le tocan al resto, pero el panorama laboral no mejora demasiado. Una simple visual a la oferta de trabajo en España rebelará que se buscan ingenieros con unos 3 años de experiencia y una lengua extranjera. Pero que se paga casi la mitad que en el resto de Europa.
No creo que sea enteramente causa de la crisis, dado que esta mentalidad ya estaba aquí antes de que todo esto empezara. No es la falta de dinero, España tiene empresas muy fuertes que
generan mucho, el problema puede que sea como se reparte ese dinero. Creo que es un problema cultural, en España somos cortoplacistas, y me parece increíble que no se vea la importancia de mantener a nuestros buenos trabajadores en plantilla ¿Cómo vamos a competir con la ingeniería alemana si dejamos que nuestros mejores cerebros se fuguen? En España desde que vemos un poco dinero nos compramos un cayenne y lo aparcamos en la puerta del mejor restaurante, para que todos sepan que hemos triunfado. Pero no se nos pasa por la cabeza
mejorar o ampliar el negocio, subir el sueldo de un empleado que lo está
haciendo bien, y ni hablemos arriesgar un poco en innovar.

Un ejemplo muy bueno de esto último es la figura del becario. Las becas existen para facilitar a las empresas la contratación de personal, es un buen método ya que la formación es cara y poco productiva. Si el estado me ayuda a pagar el tiempo de formación de mis empleados me ayuda a tener, tras algún tiempo, empleados cualificados y con cierta experiencia en mi plantilla. Pero la visión del empresario español es otra, es la visión del español en general. Explotemos la vaca hasta dónde podamos trayendo nuevas vacas una vez éstas no den más de sí. Muchas empresas tienen un número de becarios en plantilla que van renovando cada año, de manera sistemática. ¿Nadie se pregunta dónde terminarán esos profesionales con un par de años de experiencia hartos al cabo de un tiempo?

Y esta situación continuará hasta que todos los cerebros se fuguen de España, a países donde se respeta su trabajo con unas condiciones laborales mucho mejores. Cuando ya no queden informáticos que acepten trabajar por unos mil euros al mes, haciendo horas extra no remuneradas como una constante. Aunque es posible que esto último no suceda nunca; al fin y al cabo somos nosotros los que nos hemos marcado nuestro listón.

Por el momento miro con pena hacia España, y me planteo continuar aquí fuera hasta que se me presente una oportunidad de volver con un trabajo digno y remunerado como es merecido. Seguiré fuera con ganas de volver. Y si un día salimos de esta crisis me pregunto si nuestros políticos, ciudadanos, empresarios,… es decir el pueblo español, habrá aprendido algo de todo esto.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Feliz cadena perpetua.

Con 27 años he tenido el privilegio de vivir en 4 países diferentes, no es un gran hito, aunque me siento orgulloso de haber podido conocer a gente de tantos lugares diferentes. Creo que es de ignorantes juzgar o creerse conocedor de un pueblo o cultura, ya que se necesita mucho tiempo de convivencia para conocer a una persona, y no digo cuanto hace falta para entender otra cultura. Por lo tanto cuando me decidí a escribir acerca de los Indios, me di cuenta de que estaba pecando de ignorante, pero como decía un buen maestro de mi infancia: “¡Qué atrevida es la ignorancia!”


Ciertamente no puedo evitar tratar de analizar y compartir lo que he vivido hasta hoy.


Como introducción histórica, sería conveniente hablar un poco de las castas; o más precisamente de las prohibidas castas de la India, ya que aún siendo ilegales están a la orden cada día. En los anuncios de busco pareja del periódico se deja bien claro el apellido, de manera que todos sepan quién eres, y de dónde vienes; el color de tu piel dice mucho también, cuanto más oscuro, más has trabajado al sol… casta más baja. Y así en mil y un aspectos cotidianos.


Hay muchas castas y sub-castas, de las cuales dejo el análisis para los expertos. Yo me centraré en la base, ya que originalmente este sistema empezó como cuatro grupos de orden social, de más importante a menos, la sociedad se dividía en:


1) Líderes políticos y religiosos.

2) Guerreros.

3) Mercaderes

4) Artesanos y sirvientes.


Esta división política favoreció la colonización desde tiempos remotos, con la excepción de los musulmanes, que intentaron eliminar este esquema social sin éxito. Lógicamente en la antigüedad cuando una cultura conquistaba a otra solía ser a través de las armas; tanto mongoles, como persas, como el mismo imperio británico, se vieron envueltos en este sistema de castas, quedando adheridos a los dos grupos superiores. Pensemos en los británicos, tendrían aquí militares y políticos para mantener el orden, y éstos estaban en los dos escalafones más altos de la sociedad. Pero por otro lado, los más poderosos conseguían mantener su status social.


Aún hoy por el hecho de ser extranjero entras a formar parte del juego, aquí se siente esta división que me afecta. Como dos caras de la misma moneda puedo hablar de mi casero y de mi limpiador. Mi casero es un hombre rico en la India, de la casta de lo guerreros, es un religioso Sikh; se comporta de manera honrada y cordial con nosotros, siempre hospitalario y hablador; detesta a los conductores de rickshaw que intentan estafarnos. No tiene que sentir vergüenza de su riqueza como podría sentir un occidental al ver la miseria que resuma de las calles, para él es más simple:


“Dios me ha dado esto, y no necesito más, tengo que conformarme y ser feliz con ello. Si alguien no tiene tanto como yo es porque dios lo ha querido así por algo y tiene que buscar su felicidad con lo que tiene. ¿Para qué quiero invertir, si con esto es suficiente? Puedes tener 10 barras de pan, pero sólo puedes comerte una, por lo que da igual cuanto tengas.”


Mr. Singh es un buen hombre, bastante religioso, y estoy seguro de que da caridad semanalmente. Cuando voy a su casa me trata como a un igual, tanto él como yo estamos a un mismo nivel, no tengo que descalzarme para entrar en su hogar. Cuando me dio su punto de vista acerca de la riqueza pensé, es fácil pensar así teniendo 10 barras de pan, pero ¿qué diría el que tiene 0?


Los sirvientes son diferentes, ellos tienen que dirigirse a nosotros con una deferencia que me resulta, como mínimo, incómoda. Por sus cabezas no entra la posibilidad de acceder a nuestras casas con calzado. Mr. Singh y su esposa tienen varios sirvientes en casa, que trabajan sin descanso por un sueldo mínimo. Esto es la India, y la gente nace con diferentes sinos. Intento entenderles, no los critico ni los apoyo.


Más intrigante es la relación con mi limpiador. Si dijera que es una relación empleado-jefe, mentiría. Quedaría mejor definido como señor-siervo, e incluso me atrevería a decir amo-esclavo. Mi limpiador, nunca se sienta en mi presencia (ni siquiera cuando insisto), no come en mi presencia (aunque sospecho que me sisa algo de comida), y cuando se dirige a mi siempre acaba las frases en Sir. Si me enfado con él, se aterroriza, y si le digo que algo está bien, es la persona más feliz del mundo. Un día trajo un móvil a casa que le había regalado el anterior propietario de mi habitación, al preguntarle por el móvil, me dijo que si yo lo quería el tenía que dármelo, dado que yo era su jefe. En otra ocasión me acompañó a comprar algo; por la calle no cabía en sí de alegría de caminar a mi lado, en varias ocasiones casi lo atropellan porque se ponía delante de los coches para que yo cruzara,… así cada día me sorprende con anécdotas como éstas. Me gusta verlo contento de hacer su trabajo, pero debo cuidarme de decirle que estoy contento con lo que hace, porque para él eso significa que hace demasiado, y pasa de trabajar 4 horas a trabajar 2. Es como si necesitase que le traten un poco a la patada, y leo lo que escribo y sé cómo suena, pero cada vez que hace algo mal y le llamamos la atención limpia todo aquello que siempre le digo limpie y que siempre deja sin limpiar. En cierta manera acepta su vida y es feliz con su media barra de pan, o al menos eso me hace pensar.


Yo no inventé estas reglas, pero me pregunto si esta sociedad es mejor o peor que la nuestra. Por un lado la gente acepta su situación, la gente se contenta con lo que le ha tocado vivir, sonríe, es generosa, no tiende a robar directamente a pesar de la pobreza (aunque intentan estafarte de una manera casi cultural, y la corrupción empaña cada estrato del estado). La gente cree que esta vida es algo momentáneo y que si lo hacen bien se reencarnarán en algo mejor, y si lo hacen extremadamente bien ni siquiera tendrán que preocuparse por este mundo. Ves miseria, ves enfermedad, ves decadencia y suciedad. Pero ves ferviente esperanza, ves sonrisas, hospitalidad y me atrevería a decir que ves felicidad. Sí, la felicidad del que no se compara, sino acepta lo que le toca. ¿No decía alguien que rico no es el que tiene mucho sino el que es feliz con poco? Pues en la india hay gente que parece feliz con casi nada; al menos desde mi edulcorado punto de vista.


Igualmente no paro de pensar y analizar que por otro lado, si todos nos conformamos con lo que tenemos, no tiramos del carro, nadie avanza, aquí la gente flota en su nube de religioso éter. Yo no soy religioso, soy muy racionalista y no puedo evitar pensar que esa hermosa niña que me pide cada mañana en el stop, tiene unos 5 años y su destino está prefijado; da completamente igual cuán inteligente, bonita, simpática o soñadora sea. Su piel y su apellido la condenan a subsistir en algún slung, la condenan a casarse con alguien de su casta y posición, la condenan engendrar hijos que como ella pedirán en algún otro stop. Su piel y su casta la condenan de por vida.


Desde la ignorancia del que lleva en un lugar 7 semanas no puedo evitar sorprenderme de la cantidad de condenas perpetuas que veo cada día, así como del brillo en la mirada de los condenados.



sábado, 6 de noviembre de 2010

Otro Mundo

Tanto que contar, y tan poco tiempo para escribir... ¿Por dónde empezar? Hoy es 7 de Noviembre, y es la primera vez desde que llegué a Nueva Delhi que he encontrado un momento para sentarme a escribir.


El día uno de Octubre salí a las nueve y algo de la mañana desde Barajas; para aterrizar a eso de la una de la madrugada en Nueva Delhi. Tras una escala en Zurich de escasos 20 minutos y más de media docena Bombai Saphire habíamos llegado a Delhi con algo aprendido, en los vuelos internacionales las copas las paga la casa. Suficiente tiempo para empezar a conocer un poco a los cuatro tipos que serán mis futuros compañeros de trabajo y aventura. La nueva hornada de Becarios IC3X acababa de aterrizar en la capital india.

Desde que en Julio supe acerca del que sería mi destino, me había preguntado mil y una veces cómo sería esto. Mil y una veces que no anduve ni remotamente cerca, ya que para saber cómo es esto, hay que venir a verlo, vivirlo y entender que no lo vas a entender. Pero situémonos en la llegada, la "pulcritud" de un aeropuerto horteramente indio, el calor que pegajoso, las moquetas rojas, y los policías armados hasta los dientes. Bienvenido a Delhi, bienvenido a India, Namaste, ... En el exterior, un par de cientos de indios agolpados a unas cuerdas con carteles con nombres de lo más variopinto. Y al abrirse las puertas y franquear la salida, una amable cachetada de calor húmedo que te hace pensar en volver al fresco aire acondicionado del avión. Un bofetón de pequeños insectos que no paran de darte la bienvenida curioseando en los orificios de tu nariz u oídos.

Esperamos una media hora hasta que dos de nuestras futuras compañeras, las becarias de cámaras, se presentan con los que serán mis vecinos y los de otro chico más. Presentaciones hechas, y ya estamos en el taxi, una peculiar y diminuta furgoneta, que no pasa la ITV ni la aprobación de muchos desguaces para su recogida en Europa; pero aquí, en India, hace su función de manera eficaz. Cada 20 segundos el conductor presiona el claxon, no tardo en preguntar por qué, y se me da mi primera clase de conducción en India, caótico pero sencillo, tres reglas.

  1. Tú sólo te preocupas de tu centro de gravedad hacia delante. Lo que venga por detrás ya te avisará.

  2. Si te acercas a otro vehículo debes hacérselo saber pitando.

  3. La preferencia es directamente proporcional al tamaño y peso de tu vehículo.


¿Para qué un código de circulación?


Tras llegar a casa, o a la que va a ser mi casa, no llevo ni dos horas en India, pero por mi cabeza han pasado los sentimientos de odiar el país y gustarme una docena de veces; no queda más remedio que apechugar ya no hay vuelta atrás... ¡Vámonos de fiesta!


Me despierto sobre un colchón con relleno de paja prensada, es tremendamente duro e increíblemente cómodo. En algún momento de la noche apagué el ventilador harto de su ruido y estoy sudando. Desde la ventana se oyen voces, pitas, ajetreo de una ciudad despierta y viva. Distingo el canto de una Mezquita ¿Qué hora será? Recapitulemos, anoche estuve en una fiesta, en casa de un empresario Indio, con muchos españoles. Me sorprendió no acabar de ver la ciudad por ninguna parte. Nueva Delhi no es una ciudad, o al menos no como lo entendemos en occidente. Es como supongo que fue La Isleta en Gran Canaria hace 40 años.


Nueva Delhi es una calle de caserones con un hombre sentado en una silla de plástico vigilando cada puerta. Por cada hombre hay un par de perros salvajes merodeando. Miles de insectos revoloteando. Por la noche se ven murciélagos del tamaño de una gaviota. Al final de la calle hay un Slum (Arrabal de chabolas) y al otro un mercadillo, que no es más que un espacio de puertas de metal que se abren hacia arriba para dar acceso a ventas, ferreterías, barberos, joyerías, e incluso carniceros los cuales cortan la carne usando los pies para sujetar el cuchillo. En la calle carros en los que se vende fruta, verdura, huevos, ropa, etc. Y por todos lados suciedad, polvo, envoltorios, olores tanto desagradables como agradables. Nueva Delhi es eso multiplicado por un millón, y salpicado por templos y ruinas de 50 culturas y religiones diferentes; y finalmente aderezado con algunos parques. Todo esto creció alrededor de un centro de ciudad que combina una parte de sobria arquitectura británica, con un zoco puramente árabe y algún que otro edificio más moderno. Sí eso es Nueva Delhi, la urbe de 15 millones de almas que se extiende hasta absorber Noida y Gurgaon, dos ciudades que han crecido y forman parte de esta ingente ciudad que comparto con 22 millones de seres humanos.

No es que en una noche haya sacado esa conclusión, pero recuerdo que mi pregunta al levantarme fue esa. ¿Dónde estará la ciudad?


Me incorporo y voy al baño, todo me da asco. La india es un país sucio, y te acostumbras a vivir bajo otros estándares; pero pienso en mis antecesores en este piso y lo encuentro curioso, teniendo en cuenta que hay alguien que limpia por ti cada día, ¿cómo se puede dejar un piso así? Otra vez odio esto. Merodeo por la casa, y no me siento en mi hogar; odio mi situación aquí. Enciendo mi portátil, y los otros tres becarios, quedan para invitar a los que nos recogieron la última noche a un almuerzo. Tras una copiosa comida para ocho pagamos unas 1000 rupias. ¿¡16 euros!? Este país no está tan mal después de todo.


Cinco semanas han trascurrido desde mi llegada. En el trabajo no he tenido un minuto de tiempo libre, la exigencia es alta, el trabajo atrasado mucho y tengo que saber demasiadas cosas... Me gusta, el agobio es síntoma de aprender, y cada día me voy sintiendo más seguro. En casa, bueno poco a poco se va convirtiendo en un hogar y eso es lo importante.


¿De resto? Bueno esto es otro mundo, nunca me había podido permitir este nivel de vida. Compras, viajes, restaurantes y actividades. La gente aquí te sonríe, te habla, y si bien intentan estafarte no ves demasiado robo. No se observa agresividad en la calle, y puedes caminar tranquilo de noche por casi cualquier lado. La India es un país que puedes odiar, o puedes amar; pero que nunca te dejará indiferente. Este es el principio de una gran etapa. Mi nueva etapa en "Otro Mundo".

lunes, 19 de julio de 2010

El Problema

Parece que pasan siglos entre un escrito en mi blog y el otro, pero al fin y al cabo este blog es sólo una afición, un lugar donde descargar, un lugar donde analizar las cosas que me van pasando a través de mis experiencias en el extranjero. Sin embargo llevo algún tiempo queriendo sentarme un rato y escribir, pero algunas veces el trabajo y otras el tiempo que he querido dedicar al estudio, no me lo han permitido. Hoy, por fin he encontrado un momento paran sentarme a plasmar algunas de esas razones que rondan por mi cabeza desde hace algún tiempo.

Desde hace tres años vivo en el extranjero. Está claro que vivir en el extranjero es siempre más difícil que vivir en casa, y no me refiero al choque cultural, ni al idioma, o el clima; dado que esas barreras son salvables en mayor o menor medida. Me refiero al hecho de ser “de fuera”. En general podría apuntar que la gente en UK es tolerante, con la excepción de aquellos que se empeñan en recordarte que para él o ella tú eres sólo un extranjero, que por el hecho de no haber nacido en “su” país, no vales más que la ropa que llevas puesta. Afortunadamente no son casos frecuentes; pero descuida, que alguien te recordará esto antes o después.

Podría relatar un sinfín de estos pequeños casos, pero esa no es ese el objetivo de mis líneas. Las situaciones en sí pueden ser de lo más variopintas, pero me quedo con el sabor que te dejan, ese sentimiento amargo, ese dolor en el estomago... Y como aturdido te preguntas ¿Qué estoy haciendo aquí? Por descontado tú sabes que nadie está por encima de ti, y menos por una cuestión de nacionalidad, pero siempre es doloroso escuchar sandeces de esta índole. Cuando esto te pasa en el país donde vives y que consideras tu hogar, la cosa es aún más infame.

A priori te lo tomas como un hecho aislado, pero el día que descubres que a pesar de ser aislado es un hecho constante, empiezas a generar esa hiel dentro de ti. Un día te das cuenta que siempre habrá alguien para ponerte las cosas un poco más difíciles. Se puede sobrellevar y vivir con ello, no obstante es una sensación incómoda, que va y viene, pero nunca desaparece. Entonces ese día en el que en la tele, todo apunta a las elecciones, y que el debate estrella es el tema de la inmigración, escuchas: “El gran bochorno de Brown cuando es preguntado por una señora por soluciones para 'el problema' de la inmigración... Sí, ahora soy parte del problema de UK, de la crisis, como lo fui antes de ‘el problema' y de la crisis Irlandesa. Ahora con la crisis soy un problema para muchos. La economía aprieta, el trabajo escasea y el que hay, debería de ser para los británicos, que para eso estamos en UK... Es lógico, ¿no?

Porque al final ¿qué he hecho yo por este país? Como me preguntaba un señor en el tren. Según el cual daba igual si yo había llegado primero al baño, porque él tenía preferencia.

Pero lo curioso es que no conozco demasiados inmigrantes en paro, ¡qué astutos son! ¡Vienen aquí suficientemente mayorcitos y se ponen a trabajar! En mi caso concreto llegue un miércoles a Irlanda, y el jueves estaba trabajando, es decir, pagando impuestos. Tras 20 meses en el país esmeralda no tenía derecho a sanidad ni paro, pagando unos de los impuestos más altos de Europa.

Llegado el momento de arreglar mis papales para venir a escocia, no paraba de ver a esas adorables madres que empujan un carrito con una cerveza en la mano y un cigarro en boca, comentando que los inmigrantes éramos el problema. En Irlanda, un país católico como es, no se deja abandonadas a las familias, por lo tanto, si una niña se queda embarazada obtiene un salario nada desdeñable y una casa del gobierno. Es una práctica común para una gran minoría el vivir del “Social Welfare”, haciendo de traer hijos al mundo su única profesión. Pero no me quejo, eso era Irlanda cuando llegué, y lo acepté al llegar. En el Reino Unido la historia es diferente, no tan cruda quizás, pero con similar trasfondo. Aquí hay seguridad social, y paro también. Pero como a este país llegue con mi contrato y he estado trabajando durante un año. NO le he costado ni un penique a este país en términos de educación, produciendo desde que llegué. La grandísima mayoría de los que emigran, lo hacen en la flor de la juventud, en busca de prosperidad y trabajo, y esto es un hecho.

Yo no espero un trato privilegiado, pero no me cabe la menor duda de que me he ganado mi derecho de estar aquí. Por eso me gustaría que alguien me explicase cual es el ‘problema’ de mi estancia aquí. Yo no lo sé explicar pero he aprendido que hay gente a la que no le gusta otra gente. Vemos genial que Telefónica sea una empresa de las más potentes del mundo en materia de telecomunicaciones, lo mismo con Santander, Endesa, Repsol, pero nos disgusta ver inmigrantes en nuestras calles... sí a las empresas españolas internacionales, no a la globalización en casa. Me quejo del comportamiento de los británicos, pero lo que veo en casa es mucho peor. En Irlanda, como pasa en España, los inmigrantes hacían en la mayoría de los casos el trabajo que los locales no querían hacer. Yo limpiaba los platos, servia la comida, eran polacos los que trabajaban el la construcción, y paquistaníes e hindúes los que trabajaban el Centra/Londis/Spar de la esquina.

¿Cómo podemos culpar de los problemas a los que vienen con el objetivo de trabajar? Porque a pesar de las excepciones, la gente emigra en busca de oportunidades. Para mi el problema es más profundo. Recibo emails cargados de odio contra la inmigración; los recibo tanto de amigos, como de conocidos o familiares; ¡o incluso de ex-compañeros de la Universidad! ¡Sí, de ex-compañeros de la Universidad! Si esto es lo que piensa la gente que se supone que tiene que pensar, vamos listos.

He visto compañeros de familias muy pudientes, empadronarse en otra comunidad autónoma para obtener una beca del estado (para mi eso es robar a los que necesitan la beca de verdad), he visto como se hacen pagos en negro, se falsea para evitar el pago de impuestos, se firman contratos basura,... pero cuando el problema, llega son los inmigrantes los culpables. Esos funcionarios que se toman la jornada laboral de 6 horas entre descansos y cafés; esos concejales de tercera que ganan sueldos de ingenieros de caminos, esos asesores de políticos que cobran un sueldo del estado por hacer nada. Pero el problema real, lo que nos tiene a todos con el agua hasta el cuello, son los 5 millones de inmigrantes que vinieron a trabajar. La delincuencia, son los inmigrantes también, y de paso también son culpables de la sequía.

Cada vez que recibo uno de esos emails, me pregunto si no se dan cuenta de que, aquí, el morito soy yo. ¿No se dan cuenta de que lo único que hacen esos emails y noticias es promover el odio? Me siento defraudado como español, porque por mucho que me queje de las culturas en las que he vivido, de todas ellas he obtenido lecciones que deberíamos de aprender. Espero que al menos alguien lea esto y piense un poco más antes de tomar la decisión de reenviarme otro de esos correos. Que antes de hacer un comentario xenófobo o apostar por la vía fácil de acusar al diferente, se tome los 20 segundos necesarios para ver las cosas desde un punto de vista más amplio. Para pensar qué implicación tenemos nosotros en el 'problema'.

Como Español, y como Canario en particular, defiendo ser como somos. Nuestra cultura debe mantenerse y prevalecer, pero abriendo nuestras mentes un poco más, ya que a parte de aprender mucho más sobre nosotros mismos nos mejoraríamos. No abogo por poner alfombras rojas para que todo el mundo venga a España a trabajar, pero al que venga que se le respete por lo que aporta y no por el color de su piel, por el dios al que rece, ni por sus orígenes. Muchas grandes naciones se construyeron sobre el trabajo de los inmigrantes. Aprendamos de Holanda y Australia, cuyas leyes de inmigración son un ejemplo a seguir. Aprendamos de las políticas de igualdad de condiciones de UK. Acordémonos de aquel tiempo en que éramos nosotros los que emigrábamos antes de juzgar a nadie. Y lo más importante, antes de criticar, seamos autocríticos.

martes, 10 de noviembre de 2009

Amigos Fugaces

Hace unos días un compañero de trabajo confirmó su intención de irse. Tras un año en Edimburgo, tras un año en la compañía, tras haber conseguido un buen horario trabajando los fines de semana con tiempo para estudiar un máster, decidió que su aventura en Escocia, en UK o simplemente su aventura lejos de casa había llegado a su fin... Cuando pienso en este caso no puedo evitar pensar en tantos otros como éste que me he ido encontrando, personas que vas conociendo por el mundo, gente con la que compartes mucho, poco, demasiado o nada... pero gente con la que al fin y al cabo recorres un trocito de tu camino, gente de la que aprendes algo, gente que te enseña, o sólo gente con la que te ríes,... Da igual, es un hecho, que en la vida las amistades, vienen y van. En Tenerife tuve muchas amistades, con algunos. pierdes la relación pero por la condición de isleños los vuelves a ver tarde o temprano, Algunos se van lejos y les pierdes la pista totalmente, a otros te los reencuentras, los ignoras, te ignoran, o simplemente no coincides pero sabes que están ahí cerca, sabes de ellos y ellos saben de ti en general.

Pero en el mundo las cosas funcionan de otra manera, la condición de isla no se puede extrapolar a los continentes. Intento pensar en las personas con las que me he cruzado en este camino y me es imposible enumerarlos a todos, pienso en la gente que conocí en Arnott's, ¿que será de Wesley, Michel, El Piloto, Dani, Carlos, Jesús, Migue? …y esos son sólo un puñado, por supuesto que hay muchos más, imposibles de contar en una lista, imposible de agrupar a todos en un artículo. Al final te quedas con algunos de ellos con los que más has compartido, con los que mejor te has sentido,... pero aún así es difícil mantener el contacto, algún email, una conversación rápida en el MSN, gtalk o facebook; pero tarde o temprano las relaciones se enfrían, es como una inevitable ley, ya lo decía Gollum al jugar a los acertijos, que "el tiempo mata reyes, héroes y destruye montañas..." no, no estaba exento de razón Tolkien, sin duda el tiempo es un disolvente muy potente, capaz de desgastar casi cualquier cosa. Esto te hace sentir mareado, siempre te vas o alguien se va... es difícil de explicar con palabras, pero cualquiera en mi situación entenderá lo que quiero decir; es ese sentimiento de desarraigo, a veces de soledad, que no te hunde pero te frustra. Alguien una vez me dijo: "La única desventaja de viajar es la gente que conoces pero que no puedes terminar de conocer porque te vas". ¡Qué cierto!, ¿verdad?

Al principio intenté luchar contra ese sentimiento, llegué a decirme a mi mismo algo como: “no voy a profundizar en nadie más, porque solo me hacen sentir peor...” pero a la larga me di cuenta de que es una idea realmente tonta, somos seres sociales y necesitamos de la compañía de nuestros semejantes para poder seguir adelante, algunos más y otros menos, pero necesitamos de amigos. Al final tras un par de años trotando y con la intención de seguir haciéndolo; puedo asegurar que el tiempo lo disuelve todo, pero como pasa con los metales nobles, hay relaciones más difíciles de oxidar. Ahí están esas personas que inciden más en ti, personas que mientras el tiempo pasa vas olvidando, pero que cuando vuelves a ver no sientes que ese tiempo haya pasado, después de seis meses, un año o el tiempo que sea, vuelves a quedar con esa persona y no te sientes en frente de un extraño; puede que esa persona haya cambiado, pero da igual, sigue siendo tu amigo; puede que desde hace meses ya ni pienses en esa persona con la que compartiste muchas cosas y un día un email, una llamada, un mensaje de texto, o simplemente uno de esos recuerdos que te golpea de lleno, te hace recordar por qué fue tu amigo. No quiero decir que la itinerancia sea buena para hacer amistades, en realidad es todo lo contrario, pero al mismo tiempo, y como todo, tiene sus ventajas. Hoy cuando vuelvo a Tenerife, sigo viendo a mucha gente a los que considero amigos de verdad, de vez en cuando me escribo algún correo con amigos de Brasil, de Irlanda, España, Eslovaquia, Polonia, ... Son solo una minoría de los cientos que conocí, pero supongo que son una buena selección. Son los metales nobles de mis amistades.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Una visita muy esperada.

Me despedí de mis padres a primeros de Marzo de este año, había pasado dos semanas geniales en casa, pero me iba a Irlanda a afrontar la realidad, me despedían. Tras una noticia de puestos redundantes en enero, finalmente y después de más de dos meses de espera e incertidumbre, fue el 4 de marzo de 2008 cuando nos informaron que a pesar del genial y profesional trabajo que habíamos desempeñado en la compañía, el 4 de abril nuestros servicios no serían necesarios nunca más. Es curioso como los seres humanos tenemos esa manía de acariciar antes de dar una patada en el culo, es difícilmente descriptible la sensación que produce que te halaguen antes de mandarte a la mierda, y es que: ¿quién no se ha visto diciendo: "eres genial pero te dejo" alguna vez? Las empresas son parecidas, aunque nunca usan el socorrido y falso "... no es por ti, es por mí...".

Me gusta jactarme de independiente, de haberme emancipado con 24 años y seguir mi rumbo... pero no es así, tras los meses difíciles de buscar trabajo en Irlanda, llegó la época de cambio al moverme a otro país, y bueno como conté en el post anterior las cosas no fueron como me hubiera gustado y me sentí realmente débil, desprotegido y por supuesto sólo. Es muy difícil superar los problemas cuando no tienes a los tuyos cerca. Lo comprendí en el momento que vi a mis padres en el aeropuerto de Glasgow, porque sin saber como supe que lo peor había pasado, que estaba con mis padres y que con ellos cerca sería capaz de superar cualquier problema, con ellos cerca las cosas malas no son tan malas. Porque al fin y al cabo por mucho que viaje, por muy mayor que me haga, por mucho que madure, por mucho que me endurezca, por mucho que viva; mi familia nunca dejará de serlo, y siempre tendré un lugar a dónde volver, un lugar donde sentirme querido y protegido y es eso lo que entiendo por hogar, que no es otra cosa que el lugar donde pueda reunirme con los míos.

Durante diez días tuve tan esperada visita, y auque no fue como planeamos al adquirir los pasajes… he disfrutado paseando por la ciudad, cocinado, comiendo, sacando fotos, videos o haciendo cualquier cosa mundana con los míos. Quizá haya sido una lástima no tener aquí a Fernando para completar la familia. Porque hubiera sido genial. Pero espero y deseo poder recibirlos de nuevo por aquí para un pequeño “road-trip” por las Highlands.

Tras esta visita me siento mucho mejor en Escocia, y es por eso que he vuelto a escribir en el Blog, este es mi pequeño homenaje a las personas a las que más debo en el mundo, a los que más quiero. Gracias por venir, con ustedes a mi lado el mundo es un lugar mejor y menos frío. Les quiero.